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¿Por qué los habitantes de Hong Kong se vuelven arrogantes después de comprar una casa? Dilema institucional y juegos económicos individuales

房地產

1. Introducción: Las peculiaridades del mercado inmobiliario de Hong Kong

1. El significado simbólico de los “edificios” en Hong Kong
Como una de las ciudades con los precios de vivienda más altos del mundo, los bienes raíces en Hong Kong no son sólo una necesidad residencial, sino también un símbolo central de estatus social, riqueza y éxito. Según encuestas internacionales, Hong Kong ha encabezado la lista de "relación precio de la vivienda/ingresos" durante muchos años consecutivos, y una familia promedio necesita pasar más de 20 años sin comer ni beber para poder comprar una casa. En este entorno extremo, “poseer una casa” se convierte en un umbral clave para cruzar de clase.

2. Distorsión de los valores sociales
La idea de que “tener una casa trae felicidad, mientras que no tenerla trae miseria” está profundamente arraigada. Los medios de comunicación y las obras de cine y televisión (como el drama de TVB “House Slaves”) refuerzan la narrativa de que “comprar una casa = ganar en la vida”, lo que hace que los bienes raíces se conviertan en el criterio principal para medir el valor personal.

 

2. Estructura económica y consolidación de clases

1. Distribución de la riqueza en el marco de la homogeneización industrial
La economía de Hong Kong depende en gran medida de las finanzas y el sector inmobiliario, las industrias tradicionales están en declive y las oportunidades de movilidad ascendente para los jóvenes son escasas. Según las estadísticas del gobierno, el coeficiente de Gini de Hong Kong alcanzó 0,539 en 2023 (0 significa igualdad total) y la brecha entre ricos y pobres es la más grande de Asia. En este contexto, los bienes inmuebles se convierten en uno de los pocos activos que pueden “mantener y aumentar su valor”, y los propietarios naturalmente se sienten superiores.

2. Los bienes raíces como juego de riqueza
Hong Kong implementa un sistema de tipo de cambio vinculado, y el entorno de bajas tasas de interés y la oferta insuficiente de tierras han hecho subir los precios de la vivienda. El patrimonio neto de los primeros compradores de viviendas se disparó debido a la apreciación de sus activos, lo que creó un conflicto entre los que "tienen" y los que "no tienen". Por ejemplo, entre 1997 y 2023, el precio promedio de la vivienda en la isla de Hong Kong aumentó en más de 4.001 TP3T, muy por encima del crecimiento de los salarios (sólo alrededor de 601 TP3T durante el mismo período).

 

3. Cultura social e identidad

1. Auto-reforzamiento de la etiqueta de “éxito”
En la sociedad altamente competitiva de Hong Kong, comprar una casa se considera la prueba máxima de las capacidades personales (como el ahorro y la visión de inversión). Los propietarios de viviendas a menudo exhiben sus propiedades a través de las redes sociales e incluso desarrollan una "cultura de escrituras de propiedad" (mostrar certificados de propiedad) para consolidar su estatus social.

2. Presión familiar y responsabilidad intergeneracional
En los conceptos tradicionales, "formar una familia y construir una carrera" requiere comprar una propiedad como requisito previo. Los padres suelen utilizar los ahorros de toda su vida para ayudar a sus hijos con los pagos iniciales. Los compradores de viviendas cargan con las expectativas de la familia y tienden a sentir una sensación de "alivio" después de lograr sus objetivos, lo que a su vez conduce a una actitud vanidosa.

 

4. Mecanismo psicológico: de la ansiedad a la superioridad

1. El efecto psicológico de la escasez
La escasez de bienes inmuebles (en Hong Kong sólo el 71% de los terrenos se utilizan para fines residenciales) exacerba el sentimiento de superioridad de los “propietarios”. El "efecto dotación" en la economía del comportamiento muestra que las personas sobrevaloran lo que ya poseen y los propietarios tienden a sobreestimar sus propios logros.

2. Teoría de la comparación social
Según la teoría de Festinger, los habitantes de Hong Kong establecen su autoestima comparándose con otros (por ejemplo, área residencial, ubicación). Los compradores de vivienda aprovechan esta oportunidad para demostrar su estatus superior de "superar a sus pares" e incluso menospreciar a los inquilinos o residentes de viviendas públicas.

房地產
bienes raíces

5. Dilema institucional y ansiedad colectiva

1. La espada de doble filo de la política de vivienda pública
El tiempo de espera para obtener una vivienda pública en Hong Kong es de hasta seis años, lo que genera una división de clases entre "vivienda pública y vivienda privada". Los propietarios de viviendas privadas a menudo se comparan con los residentes de viviendas públicas, reforzando la narrativa superior de la “autosuficiencia” mientras ignoran las injusticias estructurales (como la hegemonía de la propiedad).

2. La dependencia de la educación y la carrera profesional
Los altos precios de la vivienda obligan a los jóvenes a planificar sus vidas en función de “ahorrar para el pago inicial” y a renunciar a oportunidades de iniciar un negocio o avanzar en sus estudios. Los compradores de vivienda exitosos ven esto como un "sacrificio por el logro" y carecen de empatía hacia aquellos que no lo han logrado.

 

VI. Reflexión crítica: la crisis cultural detrás de la arrogancia

1. El materialismo erosiona las relaciones
Un estudio de la Universidad China de Hong Kong señaló que en una sociedad que da demasiado énfasis a las cosas materiales, la confianza interpersonal disminuye. La actitud arrogante de los compradores de viviendas refleja la distorsión de los valores sociales y exacerba los conflictos de clases.

2. La desesperación juvenil y la división social
La brecha habitacional genera conflictos generacionales. La generación más joven ve el sentimiento de superioridad de los “dueños de casa” como la arrogancia de intereses creados, lo que exacerba aún más las contradicciones sociales (como las demandas de hegemonía antipropiedad en el movimiento de 2019).

 

7. Conclusión: Más allá del mito de que “tener un edificio lo es todo”

La arrogancia de los habitantes de Hong Kong después de comprar casas es en realidad producto de la deformidad económica, la ansiedad cultural y los defectos institucionales. Para resolver este fenómeno se necesitan reformas en múltiples niveles, incluidas las políticas agrarias, la distribución de la riqueza y la reformulación de valores. Sólo eliminando la mentalidad de "esclavitud de la construcción" la sociedad de Hong Kong podrá reconstruir una definición diversificada del éxito.

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