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El nacimiento y la transformación de un hito moderno
Finalizada en 1957, Champagne House fue una vez uno de los edificios más altos de la península de Kowloon y simbolizó la prosperidad del despegue económico de Hong Kong después de la guerra. Su diseño combina el estilo modernista, y sus muros cortina de cristal y su estructura aerodinámica fueron considerados vanguardistas en su época. En la década de 1960, el sótano y los centros comerciales del nivel inferior del edificio se convirtieron gradualmente en un lugar sagrado para los entusiastas de la fotografía de Hong Kong, reuniendo docenas de tiendas de cámaras y equipos fotográficos, atrayendo a profesionales locales y turistas extranjeros y estableciendo su estatus como el "Reino de los equipos fotográficos". Sin embargo, con la transformación de la estructura industrial de Hong Kong y los cambios en el mercado inmobiliario, el destino de Champagne House experimentó un cambio dramático en la década de 1990.
La economía de la vivienda subdividida y el auge de la industria del sexo
En la década de 1990, los precios de los bienes raíces en Hong Kong se dispararon y el problema de escasez de viviendas se agravó, y nació el modelo de "pisos subdivididos". En respuesta a la caída de los ingresos por alquiler, los propietarios de Champagne Buildings han dividido las unidades en espacios más pequeños para alquilar. Este movimiento atrajo inesperadamente a trabajadoras sexuales, y el Bloque B en particular se convirtió en una concentración de prostitutas. En los primeros tiempos, se basaba principalmente en "una prostituta por piso" en el área local, con trabajadoras sexuales operando de forma independiente, formando una zona gris semioculta. Después de 2000, con los frecuentes intercambios entre el continente y Hong Kong, las bandas vieron las oportunidades de negocio y controlaron la cadena industrial en un modo de "ventanilla única": desde el reclutamiento de mujeres del continente en Hong Kong, la falsificación de documentos, el alquiler de apartamentos subdivididos, hasta el reclutamiento de clientes a través de sitios web pornográficos y aplicaciones de citas, monopolizando gradualmente el mercado pornográfico en Champagne Building. Durante el período pico, casi 200 apartamentos subdivididos en el edificio se convirtieron en burdeles de prostitución, con un ingreso mensual promedio de "dinero sexual" de más de 5 millones de dólares de Hong Kong, convirtiéndose en una fuente importante de ingresos para la banda.

Economía del tiempo:
Aprovechando la costumbre de los oficinistas de “tomar un descanso” durante la hora del almuerzo, crearon un “pico de almuerzo”. En una ocasión se produjo una extraña escena en la que 80 clientes hacían cola al mismo tiempo, lo que reflejaba su precisa estrategia de mercado. Sin embargo, detrás de la prosperidad, los crímenes son frecuentes: trabajadoras sexuales explotadas, clientes chantajeados, peleas entre pandillas y otros incidentes aparecen con frecuencia en las noticias y la seguridad en el edificio se está deteriorando rápidamente.
Escándalos políticos y controversias sociales
En julio de 2011, se reveló que el ex vicepresidente del Partido Demócrata del Ayuntamiento de Kowloon, Chan Ka-wai, había patrocinado Champagne House, lo que expuso la "cadena de clientelismo político y empresarial" de Champagne House. Chen inicialmente argumentó que estaba "realizando una encuesta social", pero finalmente renunció al partido debido a la presión de la opinión pública. Este incidente ha despertado dudas públicas sobre la conducta ética de los funcionarios públicos y también refleja la compleja relación entre la industria de la pornografía y la estructura de poder social. La polémica se centró en dos aspectos:
- Crítica moral: Los moralistas condenaron el edificio como un "agujero negro moral" y exigieron que el gobierno intensificara su represión;
- Realidad económica: Los grupos de bienestar social señalan que la mayoría de las prostitutas que trabajan en departamentos subdivididos pertenecen a grupos económicamente desfavorecidos, y la represión de la prostitución puede exacerbar sus dificultades de supervivencia.
El 'desarraigo' policial y el fin de una era
En la década de 2010, el desarrollador lanzó el plan de adquisición de Champagne Tower y en 2023 había adquirido la propiedad de más de 75%. Las bandas aprovecharon el aumento de viviendas vacías para irrumpir en las casas y construir departamentos subdivididos, lo que finalmente provocó un fuerte contraataque por parte de la policía. En 2023, la policía lanzó una operación interdepartamental denominada "Beacon Fire", movilizando a cientos de agentes de policía para realizar registros sorpresa, confiscar una gran cantidad de equipos de vigilancia y registros de transacciones y desalojar los 149 apartamentos subdivididos ocupados. Después de la operación, las ventanas del edificio fueron selladas, el cartel de Fenglou fue retirado y los pasillos que alguna vez brillaron con luces de neón ahora estaban en ruinas.

El ascenso y la caída de Champagne House reflejan los cambios sociales en Hong Kong durante el último medio siglo:
- Nivel económico: Desde la época dorada de la fotografía, el desarrollo anormal de la economía de la vivienda subdividida, hasta la adquisición y reconstrucción de capital inmobiliario, fuimos testigos de la iteración de la industria y la competencia espacial;
- Nivel cultural: Su "doble naturaleza" -un hito nostálgico para los aficionados a las cámaras durante el día y un laberinto de deseo por la noche- se ha convertido en un microcosmos de la leyenda urbana de Hong Kong;
- Nivel de políticas: El tira y afloja entre la eficacia de las medidas contra la prostitución y el problema de los pisos subdivididos refleja el dilema a largo plazo de gobernar la zona gris.
En la actualidad, Champagne House está a la espera de ser reconstruido, pero su historia como "monumento erótico oriental" está desde hace mucho tiempo arraigada en la memoria colectiva de Hong Kong. Si en el futuro se transforma en una casa de lujo o en un centro comercial, este pasado de “doscientas prostitutas en una planta” puede convertirse en un secreto inconfesable de la arqueología urbana.
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