En el laberinto cinematográfico de Wong Kar-wai, Days of Being Wild sigue siendo el prisma roto que refleja las heridas incurables de la memoria colectiva de Hong Kong. Cuando el personaje de Maggie Cheung, Su Lizhen, contaba los segundos de abril en el suelo húmedo, y cuando Leslie Cheung bailaba el solitario chachachá frente a su reflejo en el espejo, esta obra, considerada un tótem espiritual por innumerables fans, había superado hacía tiempo los simples enredos emocionales y se había convertido en una fábula filosófica sobre la esencia de la existencia.
La metáfora del pájaro sin patas: interpretación de roles desde la perspectiva del existencialismo
Xu Zai, interpretado por Leslie Cheung, es uno de los personajes más complejos de la historia del cine de Hong Kong, y su estructura psicológica puede interpretarse a partir de la teoría del espejo de Lacan. El espejo con marco dorado en el salón de la madre adoptiva (que aparece nueve veces en la película) sugiere que el personaje está atrapado para siempre en la etapa del espejo de la falsa identidad. Su búsqueda de su madre biológica es, en realidad, una aproximación desesperada al "mundo real". La escena del alambre de púas bajo el sol abrasador de Filipinas es la representación visual de la "realidad traumática" en el psicoanálisis.
El autoexilio de Xu Zai coincide con la ansiedad identitaria de Hong Kong, una ciudad de inmigrantes. Su persistente viaje para encontrar a su madre biológica es como el eterno cuestionamiento de los sujetos coloniales a su patria cultural. Wong Kar-wai deconstruye narrativas tradicionales en cámara lenta, atrapando a los personajes en un ascensor estrecho y un reloj que nunca se detiene: las ventanas de vidrio que Su Lizhen limpia repetidamente, la lluvia que Chao Zai nunca puede secar y las patillas de Mimi que nunca se pueden peinar prolijamente; estas acciones repetitivas constituyen un teatro absurdo existencialista. Cuando Xu Zai dijo "Siempre recordaré lo que necesito recordar" en la plataforma en Filipinas, la dialéctica de la memoria y el olvido se convirtió en la espada de Damocles que pendía sobre la colonia.
El monólogo de tres minutos de Tony Leung al final es una cápsula del tiempo enterrada por Wong Kar-wai. Este hombre, con sus uñas meticulosamente cuidadas, parece al mismo tiempo el fantasma reencarnado de Ah Xu y un presagio espiritual del futuro de Hong Kong. Cuando Tony Leung Chiu-wai completó la legendaria escena del peinado en el pequeño ático, este "pájaro sin patas" seguía surcando el cielo del cine asiático 28 años después. Su sombra se proyectó en "Air Doll" de Hirokazu Koreeda y "Roadside Picnic" de Bi Gan, convirtiéndose en un tótem espiritual eterno en la era de la globalización. En la versión restaurada digitalmente del disco Blu-ray, aún podemos escuchar el tarareo español de Leslie Cheung fluyendo entre los granos de la película, que es el código melancólico perteneciente a toda una generación.

El gran avance comercial del cine de autor
A pesar de ser un fracaso de taquilla ese año, el estatus de culto de la película en las funciones de medianoche impulsó a Golden Harvest a cambiar su estrategia y apoyar películas de autor. Su modo único de "filmación sin guión" (en realidad, toda la película utilizó sólo 23 páginas de guión) inspiró a directores como Stanley Kwan y Fruit Chan. La versión restaurada en 4K del Archivo de Cine de Hong Kong en 2005 descubrió accidentalmente escenas callejeras filipinas ocultas en el negativo original (que fueron eliminadas por razones políticas en ese momento), completando la metáfora completa de la historia colonial.
El pionero del estilo de Milkyway Image
Tanto "Dark Flower" de Yu Dazhi como "PTU" de Johnnie To están influenciados por "Days of Being Wild", especialmente en el tratamiento alienado del espacio urbano. La escena en la que Ah Xu era perseguido por las calles de Filipinas inspiró directamente la escena de carrera de Takeshi Kaneshiro en "Chungking Express". La aparición de Tony Leung al final abrió la tradición narrativa del “universo de personajes” de Wong Kar-wai, y esta historia inacabada ganó resonancia a través del siglo en “2046”.
Cuando los Premios de la Academia otorgaron a esta obra el título de "Mejor Película China" por tercera vez, finalmente entendimos la metáfora del "pájaro sin patas": no es solo el tótem fatídico de Xu Zai, sino también el retrato colectivo de toda la era. En estas ruinas emocionales posmodernas, Wong Kar-wai nos dice con crueldad poética: todos los vuelos en busca de un hogar eventualmente alcanzarán la autosalvación en la niebla de la memoria.
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